La enfermedad manifiesta tres fases:
- Fase 1: Fase de Respuesta Viral
Esta etapa puede ser asintomática. En caso de presentarse, los síntomas más relevantes son: fiebre, tos, dolor de cabeza, dolor de garganta y diarrea.
Para el 80 % de personas contagiadas con el SARS-CoV-2, esta puede ser la única fase de la enfermedad que se manifieste.
La característica principal de esta etapa es la presencia del virus.
- Fase 2: Fase Pulmonar o Inflamatoria.
En esta fase, los síntomas más relevantes son: respiración entrecortada y síntomas de hipoxia. Ya aparecen imágenes pulmonares anormales.
Cerca del 20 % de los infectados con coronavirus llegan hasta esta etapa.
Una respuesta exacerbada del sistema inmunológico ante la presencia del virus genera una gran inflamación y complicaciones como neumonía. En esta etapa, la mayoría de las personas requieren hospitalización, con un cuadro de neumonía moderada o severa.
Una característica de este período es la baja presencia de virus. En esta instancia de crisis, se recomienda comenzar con el tratamiento de rescate Luarprofeno® para evitar la progresión de la enfermedad.
- Fase 3: Fase de Hiperinflamación.
Se caracteriza por fallas cardíacas y shock con síndrome de distrés respiratorio (ARDS) y presencia de una respuesta inflamatoria sistémica (SIRS).
El 6 % de los casos llegan a esta etapa y presentan un verdadero riesgo de muerte. Cuando la respuesta del sistema inmunológico no puede ser controlada, daña varios órganos del cuerpo. En esta fase, el cuerpo del infectado puede llegar a un shock séptico, en el que los pulmones, los riñones o el hígado sucumben en una falla multiorgánica y coagulación intravascular. En esta etapa se presenta la mortalidad más elevada. Un detalle importante es la ausencia de virus detectable.